Pérdida de rumbo
Tecleo letras, frases, renglones y cuando por fin completo párrafos, vuelvo sobre mis pasos, borro, elimino, de nuevo la página está en blanco.
Me levanto y voy a la cocina, entre la oscuridad de la noche preparo café caliente, sólo alumbrado por unos tenues rayos de luna que se cuelan por la ventana. Cierro los ojos mientras doy pequeños sorbos, y pienso, ¿de qué puedo escribir? No lo se, no me llega la inspiración, las dudas me atacan, el miedo derrumba mis intenciones, ¿y si a nadie le gusta?, ¿y si nadie me lee?, ¡al carajo todo! Entonces regreso frente a la computadora, donde me aguarda la terrible página en blanco que me recrimina en silencio, pero definitivamente no tengo cabeza para redactar, no tiene sentido, estoy cansado de todo, cansado de todos. Así que sin más que hacer cierro la máquina y me dispongo a dormir, no sin antes enviar un mensaje a quien espera mi texto. "He perdido el rumbo, regreso en una semana".
